El Tribunal Supremo, grosso modo, considera que si alguien graba una conversación sin estar en la misma habitación que los investigados incurre en un delito, no así alguien que haga lo mismo tras acceder a un lugar donde se celebra un acto de acceso público.
Esa ha sido la clave que le ha valido a un compañero detective privado jerezano para librarse de los cargos que pesaban contra él.
Escribir comentario